Enocoaching & Biel McMillan en El Periódico

Biel

Para valorar un vino como se merece, hay que tener en cuenta la vista, el olfato, el gusto y el retrogusto, entre otros aspectos. Lo mismo ocurre con la vida. “¿Le das un sorbo o la saboreas?”, se pregunta el Master Coach, Biel McMillan, creador del Enocoaching. Junto con el sumiller Marc Terès emprende una nueva aventura en el mundo del coaching en la que el vino es el núcleo.

Se trata de sesiones, de entre 60 a 90 minutos, que permiten a los participantes potenciar el liderazgo, la proactividad (utilizar lo que hay en el entorno para llegar a un objetivo), la escucha empática y el rendimiento en grupo mediante la cata de vinos. De este modo, se potencian las habilidades y el rendimiento y también se aprende a saber liderar la propia vida. “Me gustaría ser un Ferran Adrià del coaching”, dice McMillan que, antes de ofrecer sus sesiones, ha estado trabajando en ellas durante un año. “A través de los sentidos que nos despierta el vino vamos conectando con las emociones”, añade.

Lo único necesario es un ambiente adecuado -de modo que está enfocado para llevarse a cabo en enotecas, bodegas y restaurantes-, el coach, el sumiller, las copas y los vinos. A medida que éstos se van probando se profundiza en los aspectos que quieren trabajarse y se van llevando a cabo diferentes actividades.

“El Enocoaching es el entrenamiento de las emociones”, afirma McMillan, que recomienda hacer este tipo de sesiones dos veces al año. El máximo de participantes recomendado es 24. “Éste presenta la cara B del vino, con él se puede aprender mucho. Después de una sesión, sales con unas gafas nuevas al mundo”, comenta Biel McMillan. Del mismo modo que, a partir de una cata de vinos se aprende a valorarlos, a conocerlos y a disfrutarlo, cuando hay un coach especializado en la sesión “la persona va conectando con el equipo” y el vino ayuda a crear dinámicas de grupo.

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